Turistas disfrutan de una playa en Punta Cana en República Dominicana el 7 de enero de 2022. (Erika Santelices / AFP via Getty Images)

Por Geovanny Vicente Romero

Fuente: CNN en Español

Nota del editor: Geovanny Vicente-Romero es abogado, politólogo y estratega político con experiencia como asesor de políticas públicas, gobernanza y comunicación gubernamental. Es profesor asociado de comunicación estratégica (ERM) de Columbia University, Nueva York. Es director de Comunicaciones del Instituto Interamericano de Justicia y Sostenibilidad (IIJS), en Washington. Entre sus estudios cuenta con maestría en Comunicación Política y Gobernanza en la Universidad George Washington y trabaja en su doctorado en Ciencia Política y Administración Pública de la Universidad de Murcia, España. Es fundador del Centro de Políticas Públicas, Desarrollo y Liderazgo RD (CPDL-RD). Síguelo en Twitter: @GeovannyVicentR. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor.

(CNN Español) — Esta historia de éxito empezó con el gran dilema que a partir del 2020 preocupó a los gobernantes: ¿salvar la economía o salvar vidas? En abril de 2020, yo señalaba que cada mandatario enfrentó esta encrucijada, “especialmente cuando tiene estrecha relación con ciertos grupos de interés y por supuesto, con las grandes corporaciones”.

Lo que pasó en República Dominicana es sorprendente frente a la crisis económica mundial global. Esto es lo bueno, lo malo y lo feo de lo que pasó:

Lo bueno

En la República Dominicana, su entonces presidente entrante Luis Abinader, vino con una estrategia en aquel entorno de desplome económico e inflación del 2020, hizo su apuesta: con el toque de queda heredado del gobierno anterior, en su primer año cerró el país para los dominicanos y lo abrió para los extranjeros. El turismo es el principal motor de la economía dominicana, entonces Abinader nombró como su ministro de Turismo a David Collado, y ambos iniciaron reuniones con el sector, lanzando el plan de turismo interno mientras invitaban a los extranjeros (sin requisito de pruebas de detección de coronavirus) con el incentivo de un seguro médico (covid-19).

El resultado no se hizo esperar:
– República Dominicana lanzó la estrategia de Marca País en EE.UU.
– El Banco Central anunció que la economía se expandió un 12,7% (enero-septiembre 2021)
– El turismo dominicano batió récord en diciembre 2021
– República Dominicana se hizo socia de la Feria Internacional del Turismo (Fitur-Madrid)
– La Organización Mundial de Turismo indicó que República Dominicana es el mejor país para invertir y viajar

La fórmula funcionó. El propio diario The New York Times destacó que República Dominicana tiene un turismo en auge.

No fue cosa de una persona suprapoderosa, fue un esfuerzo del sector

El Gobierno y el sector turístico intentaron diversificar la oferta turística para reducir la dependencia de la paradisíaca Punta Cana al desarrollar infraestructuras en una región pobre, pero con gran potencial, el sur. Planean construir un aeropuerto en la provincia de Pedernales. Esto no ha evitado que el polo norte sea relanzado, especialmente Puerto Plata, donde se realizó una cumbre de presidentes y se inauguró el puerto turístico Taino Bay, que ya recibe cruceros. Pero ¿es todo turismo?

El héroe oculto que pocos voltean a ver

Las remesas. Sí, la diáspora. En EE.UU residen 2.081.419 dominicanos, cifra superior a la población de las ciudades de Santo Domingo y Santiago, según Adriano Espaillat, representante demócrata por Nueva York. El Banco Central anunció que las remesas del 2021 superaron en 46,8% las de 2019, siendo el crecimiento interanual de 26,6%.

Entonces, si los dominicanos en el exterior son un motor fuerte de la economía, ¿por qué no se les incentiva más a invertir, por ejemplo, en construcción o turismo? Para mí esos son los sectores en los que se podría repatriar un poco el capital. Quizás soy optimista. Las remesas siempre serán el pescado que no enseña a pescar, imaginen repatriar el capital de la diáspora. La banca dominicana podría garantizar tasas de interés privilegiadas siempre que demuestren que el dinero es repatriado. El otro héroe fue el sector de la construcción: exonerar del Impuesto de Transferencia Inmobiliaria (3%) y del Impuesto al Patrimonio Inmobiliario (1%) por 15 años a los adquirentes con capital nuevo para la República Dominicana. Ayudaría una reducción en los impuestos de los boletos aéreos, porque para mí República Dominicana grava los boletos como si no quisiera visitantes. Lo recuperará en consumo.Lo malo

Por ahora, a pesar de tanto crecimiento económico y de tan buenas proyecciones, lo que percibo es que hay muchos préstamos internacionales, que se suman a la tendencia marcada de transferir las obligaciones y los bienes del Estado a manos privadas para su administración. El gobierno ha hecho esfuerzos por explicar las alianzas público-privadas y la figura del fideicomiso, quizás porque hay confusión en la opinión pública. Las intenciones pueden ser buenas pero necesitan mejor comunicación.

Lo feo

El crecimiento debe ser institucional también. Lo que no se ve bien es que cada presidente quiera estampar su firma en la Constitución. ¿Por qué?

Cuando la institucionalidad se va por la puerta, la inversión extranjera sale por el hoyo de una aguja. En síntesis, el dinero no va con reglas del juego que cambian frecuentemente, va donde hay certidumbre y estabilidad. A mis estudiantes de Comunicación Estratégica, en la Universidad de Columbia, les comento que en comunicación no bastan las buenas intenciones, las iniciativas positivas deben comunicarse bien también. El Gobierno está en un proceso intenso de revisión legislativa para “reformas estructurales”. Al ser elegido, Abinader dijo que quería ser recordado como un “presidente reformador”.

De estas reformas que persigue el Gobierno, es la Constitución la que desata un “House of Cards”. Ahora que coquetean con la Constitución, es en la comunicación donde el Gobierno está fallando, a pesar de que tiene un punto a su favor: Abinader no tiene impedimento. Solo tendría que identificar un problema urgente cuya solución (creíble y necesaria) requiera tal reforma. Pienso que Abinader buscará la reelección, punto. Cuando vi al partido de Gobierno reformar sus estatutos e introducir la reelección, pensé: “que nadie me cuente el final porque ya puedo ver bien clarito el 2024”. Cuando una reforma pretendía favorecer a un solo individuo me pronuncié, pero como ciudadano independiente, mi análisis no quita que yo vote por la reelección si este Gobierno cumple sus promesas, si en el 2024 somos mejores dominicanos, con mejores condiciones de vida, con más oportunidades para ser mejores.

Fuente: CNN en Español

LEAVE A REPLY