Mi sentido homenaje al gran maestro, tal como lo presenté en la misa de despedida, ante centenares de sus familiares, colegas y amigos, el pasado martes 15 de enero, en la Iglesia de St. Patrick en Miami Beach.
Eucario Bermúdez fue un sublime maestro de la radiodifusión y el periodismo. Con indiscutible maestría recorrió exitosamente los caminos de la narración deportiva, del diario acontecer y las noticias, de las grandes transmisiones de los hechos más trascendentales de nuestro tiempo y del liderazgo de opinión.
Pero más allá de esa maestría con que condujo su carrera ejemplar y las empresas radiales que tuvo oportunidad de dirigir, Eucario fue el mejor maestro al que hubiéramos podido aspirar, quienes tuvimos el privilegio de ser sus discípulos. Para mí, personalmente, Eucario Bermúdez abrió de par en par y desinteresadamente, las puertas del apasionante mundo de la radio, y nada de lo poco que he alcanzado hubiera podido lograrlo sin su orientación y su ayuda.
Muchos, a lo largo de su carrera de mas de seis décadas, tuvimos a su lado la oportunidad de aprender la profesión y el oficio con el mejor de los locutores. Con una generosidad inmensa, Eucario compartía con el que quisiera aprenderlos, sus invaluables secretos sobre entonación, acerca de cómo respirar frente al micrófono y como hacer buen uso de la puntuación. Con él aprendí, entre muchas otras cosas, qué en la medida de lo posible, uno debe tomarse el trabajo de escribir previamente lo que va a decir. Lo que nunca pude fue escribirlo a máquina a la vertiginosa velocidad que él lo hacía.
Eucario Bermúdez, el inolvidable maestro, nos enseñó a hacer buen periodismo. Con él aprendí que, como periodista, uno tiene derecho a tener sus propias ideas y sus posiciones, y que mientras más firmes estas, más nos obligan a abrir nuestros canales a otras ideas, por antagónicas que sean. Eucario creía firmemente en el pluralismo y en el equilibrio informativo, dentro de un marco de respeto a los valores de justicia, libertad y democracia.
Con Eucario aprendimos que uno de los pilares fundamentales de cualquier medio de comunicación debe ser su vocación de servicio. Es preciso informar, entretener, acompañar y educar, pero sobre todo servir. Eucario lo hizo y sirviendo a su comunidad dejó su nombre labrado en importantísimas realizaciones, en la creación de Colmedia, la primera asociación de medios y comunicadores colombianos en los Estados Unidos; en la fundación de CAPAC, el primer comité de acción política de los colombianos en la Florida, en el nacimiento de la Cámara de Comercio Colombo Americana, de la cuál fue su primer presidente, y su apoyo constante fue fundamental para el desarrollo de tantas y tantas iniciativas en nuestra comunidad.
Fue mi maestro, y por siempre seguirá siendo mi faro y mi ejemplo. Con la venia de ustedes voy a recordar una ocasión en que me llamó la atención, porque dije en público algo que no le gustó: Me referí a él como “el más notable de los colombianos residentes en el sur de la Florida.” Claro, modesto y sencillo como siempre fue, no le gustaba que lo enaltecieran en público. Hoy, desde el cielo me volverá a jalar las orejas, pero es que estamos aquí reunidos para dolorosamente honrar y despedir al más notable de los colombianos que ha residido jamás en el sur de la Florida.
Muchas gracias.

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