Nota del editor: Geovanny Vicente Romero es abogado y politólogo con experiencia como profesor y asesor de Políticas Públicas y Gobernanza. Es estratega político y consultor de Comunicación Gubernamental. Tiene una maestría en Comunicación Política y Gobernanza en la Universidad George Washington. Es fundador del Centro de Políticas Públicas, Desarrollo y Liderazgo RD (CPDL-RD). Las ideas expresadas en este artículo pertenecen al autor. Lea más notas como esta en cnne.com/opinión.
(CNN Español) — Con el grito ciudadano #RickyRenuncia los ciudadanos estadounidenses de Puerto Rico lograron su cometido: enviar un claro mensaje que tuvo éxito en dejar saber a la clase política puertorriqueña que los boricuas se cansaron de tolerar la corrupción pública, el mal manejo de fondos, la desinformación en medio de fenómenos naturales, la torpeza administrativa que los llevó a una deuda económica que a simple vista puede parecer impagable y lo que es más importante, la indolencia y falta de respeto a la dignidad humana.
El error de Ricardo Rosselló fue meterse con el bien más preciado para las personas: sus seres queridos. Entonces, ¿por qué las discrepancias con la cifra de personas que fallecieron tras el huracán María? ¿Por qué los errores en la cantidad si un evento natural no puede anticiparse? Claro, el manejo de la crisis influirá en el número final de personas que logran sobrevivir, ahí sí se crea responsabilidad y se pierde capital político. La vida humana no puede ser objeto de manipulación estadística, ni siquiera a Trump se le ocurriría decir que en el 11 de septiembre murió solo la mitad de lo que se anunció. Lo que es peor, ¿por qué utilizar términos homofóbicos en privado cuando en público te unes a campañas por igualdad de derechos y firmas una ley que prohíbe las terapias de conversión?
Tras doce días de protestas masivas con un pueblo boricua que sin armas y en orden rugió, se hizo escuchar, vimos algo que tras años de protestas no ha podido darse en otros países como Venezuela, el pueblo habló y el gobernante no le quedó otra salida que escuchar. En la negociación política y en cualquier mediación en general, existe la figura de las concesiones, ceder algo con un valor grande, mediano o pequeño que ayude a salvar algo más grande. Después de las filtraciones del chat de Telegram la carrera de Rosselló estaba finiquitada, en la Fortaleza había un “rey muerto” gobernando y era cuestión de tiempo para que llegara un “rey puesto”, y esto él y su grupo íntimo —sí, ese mismo séquito que con él se burlaba de todos en Telegram— lo sabían muy bien. La concesión no se haría pensando en el futuro, gobernar más allá de su primer mandato era impensable, pues lo único que importaba era salvar el presente cuatrienio, lo único que importaba era cómo la historia registraría a su presente gobierno pues su reelección murió antes de nacer.
Después de varios días resistiendo, llegó su primera concesión, anunció que renunciaría de la presidencia del Partido Nuevo Progresista (PNP) y como segunda concesión adelantaría que no buscaría la reelección como gobernador —algo que bien ayuda para ganar tiempo en una crisis mientras llega un éxito político en los próximos meses tan fuerte como para revivir el muerto de la reelección—, pero Ricky estaba muy equivocado, esto solo le sirvió para tomar la temperatura de un pueblo cuya fiebre por un cambio de paradigma no se bajaría con una dosis de tan pocos miligramos. El pueblo puertorriqueño se había cansado del “Huracán Ricky” porque ya habían aprendido resiliencia a los cambios tras el mortífero huracán María y del huracán Ricky se recuperarán, pero sin Ricky.
Con este anuncio de no reelección, Rosselló pensó que enviaría a la gente de vuelta a sus hogares, sin saber que los puertorriqueños se mantendrían en las calles hasta que él sea el primero en irse a casa.
¿Quién dice que los jóvenes no están interesados en la política? Todo lo contrario, pienso que Puerto Rico ha demostrado que vivimos en una generación donde la gente ha empezado a despertar demandando más transparencia, rendición de cuentas y respeto de sus gobiernos. Es una generación de milénicos puertorriqueños que arrastró a otras generaciones como un primer paso para eliminar la corrupción en la isla. Estos jóvenes demostraron organización y movilización de masas marcando un precedente digno de estudio.
La realidad es que los puertorriqueños son los únicos ganadores en esta historia que como siempre trae vencedores y vencidos. Como ha manifestado el astro boricua de la música Ricky Martin, “lo logramos en paz, sin armas, como Gandhi”. Estos jóvenes puertorriqueños, acompañados por una masa gigante de otros no tan jóvenes, no empuñaron el fusil, en cambio se afianzaron de las ideas y de la esperanza por un mejor país y se sirvieron de las redes sociales para, al estilo ‘hormiguitas’, propagar su mensaje hasta llegar a todos los rincones del mundo, uno de ellos Marrakech, Marruecos, desde donde me ha tocado seguir los eventos de estas últimas semanas y puedo decir que Puerto Rico es tema diario de las noticias cuando enciendes el televisor.
La caída de Ricardo Rosselló nos sirve de “conejillo de indias”—gracias a sus errores insalvables— para establecer un precedente de participación y movilización ciudadana de forma democrática en Estados Unidos y Latinoamérica. Ricardo, que siempre tuvo el enorme peso del legado como gobernador que su padre Pedro Rosselló dejó, el cual Ricky ha sido incapaz de emular, alcanzar o superar, le tocó gobernar en #LaGeneraciónDelYoNoMeDejo y hoy podríamos decir que parecido a lo que ocurrió en el Medio Oriente con la Primavera Árabe en 2011, Ricky fue víctima de una primavera latinoamericana (que es latina por el idioma y estadounidense por la relación de asociación territorial). Algo parecido habíamos visto en Guatemala en 2015, una gran protesta acorraló a su entonces presidente Otto Pérez Molina y renunció. Lo de Puerto Rico tiene un significado más extenso porque técnicamente surgió en Estados Unidos, con un sabor latino con el cual el resto de las Américas debe sentirse conectado. Recuérdenlo, ¡lo de Puerto Rico ha sido histórico!
Sin ánimos de hacer leña del árbol caído, es necesario ver en contexto las razones por las cuales nadie o nada salvaba a Ricardo Rosselló de esta crisis política mal manejada en la que él mismo metió los dos pies:
– Mala relación con su Partido Nuevo Progresista: Tras varios años de ‘maltrato político’ a algunos de sus compañeros, Rosselló había perdido el favor de su propio partido y esto en política y en cualquier rincón del planeta es visto como una pérdida de confianza en el liderazgo, puesto que se necesita un apoyo mínimo no solo para garantizar la gobernanza, pero más que todo la viabilidad política de cualquier fuerza de gobierno. En Puerto Rico, los alcaldes y alcaldesas constituyen un poder importante pues son los más cercanos al ciudadano y son los First Responders (primeros en responder) cuando hay un desastre natural, como en efecto sucedió durante el Huracán María, dejando a Ricky mal parado frente a su pueblo. Alcaldes de ciudades importantes como Guaynabo, Ponce, Arecibo y Orocovis se expresaron. María ‘Mayita’ Meléndez, alcaldesa de Ponce, segunda ciudad más grande en extensión territorial, dijo que “La renuncia del gobernador Ricardo Rosselló es una obligación moral”. Meléndez ha sido una de los líderes que se han mantenido firmes en su solicitud de renuncia, pues luego de las concesiones del gobernador dijo: “nos reiteramos en su renuncia como gobernador”.
Desde Estados Unidos no se hizo esperar la misma solicitud, al igual que el senador por Florida Rick Scott, la comisionada residente de Puerto Rico en el Congreso Federal, Jenniffer González solicitó la renuncia de Rosselló.
– El respeto ante todo, entre bomberos no se pisan la manguera: El chat fue una muestra burlona de cómo el gobernador Rosselló pensaba de los diferentes líderes políticos de la isla, así como el lugar de deferencia que le daba a cada uno y la forma despectiva con la cual se refería a ellos, donde la homofobia no fue la excepción y la misoginia mucho menos, justo ahora que las mujeres ganan espacios. Los políticos son personas y pueden ser heridas a través de las cosas que más les importan: su familia, reputación, propiedades o su ego que también forma parte de la reputación. Al filtrarse todo esto presumo que Rosselló sabía que el principio del fin había llegado.
– ¿Más arrestos ‘on the way’? Se anticipa la posibilidad de más arrestos cercanos al gobernador y para él le resulta mejor hacer un ‘statement’ ahora y no después, por aquellos que en manejo de crisis (y en boxeo) dice que “el que da primero, da dos veces”. Se rumorea que uno de sus colaboradores, quien dirigió su campaña y fue participante del chat, Elías Sánchez, se encuentra bajo una supuesta investigación y si esto resultara cierto sería difícil desvincular a Rosselló. Recordemos que otras investigaciones se llevan a cabo, como aquellos contratos del Departamento de Educación de Puerto Rico, por mencionar una. (Nota: CNN no ha podido confirmar de manera independiente esta información)
Es necesario señalar que esto le sucede a Ricky porque en medio de la crisis María y la debacle económica, la gente no tiene la misma tolerancia y su suerte se vio precipitada porque no tuvo un respaldo sólido del partido, solo basta con recordar a Richard Nixon. En Puerto Rico se habían dado situaciones parecidas, como en cualquier lugar del mundo, pero el chat vino a evidenciar lo que la gente pensaba de los políticos. El reto democrático no es el hecho que el reclamo del pueblo tenga o haya tenido la fuerza para expulsar al gobernador, sino la capacidad de lograr una gestión coherente en año y medio que queda.
¿Es este el momentum de euforia, unidad y organización ciudadana que Puerto Rico debe aprovechar para la estadidad? Hoy todavía no salgo del asombro sobre la capacidad de movilización boricua, algo que a menor escala había visto en las campañas políticas del estado de Florida y el peso del voto boricua en ese estado. Al menos, poner el tema en debate podría mostrar a los americanos que los boricuas vienen en serio y que no se andan con juegos pues es una causa que les importa.