Escrito por Celso Marranzini, economista dominicano. Periódico El Caribe, 21/04/2022
La inflación es uno de los peores impuestos que puede tener una sociedad. Limita la capacidad de compra, disminuye los sueldos, aumenta los niveles de pobreza, afecta a la clase media y aleja a los más pobres de poder en un mediano plazo y muchas veces en un más largo, de su condición económica y social.
La pandemia generó una disminución del ritmo de las economías llevando cantidades de negocios a la quiebra, empleados formarles e informales perdieron sus empleos. La recuperación en muchos países fue mucho más rápida de lo esperado. El nuestro a la cabeza, con un nivel de vacunación superior a otros, lo que resultó en una disminución acelerada del Covid, reapertura de negocios y la llegada de turistas ansiosos de buscar playas bellas y seguras.
Luego de un año de crecimiento no esperado como lo fue el 2021, con un rebote de la economía de un 12.3%, mucho mayor que el decrecimiento sufrido en 2020, cifras superiores a la de los vecinos de la región. Los sectores reales de la economía crecieron, la construcción, la industria, las zonas francas, la minería, la agricultura, el comercio, muchos de estos sectores con cifras positivas mayores a las del 2019.
El tipo de cambio, frente a todos los pronósticos se mantuvo estable y lo que hemos visto en los últimos meses es una apreciación del orden del 5.5%
La inesperada guerra de Rusia contra Ucrania ha creado un desbalance a nivel mundial, donde los combustibles alcanzan precios semejantes a los de la década de los ochenta y no sólo amenazan nuestra economía, también lo hacen con todas las que dependen de importaciones de combustibles.
Como alguien diría, los astros se alinean en contra de los combustibles, una administración demócrata que prometió reducir el cracking, impuestos adicionales a la explotación de crudo y cerrar minas de carbón, ahora frente a las sanciones que occidente ha impuesto contra Rusia se reducen las exportaciones sin encontrar apoyo de parte de los demás países productores (OPEP) en querer aumentar su oferta para reducir los precios.
Para que Europa recrudezca sanciones que afectarían su propia economía deben ver niveles de sacrificio en la economía norteamericana, afectada en mucho menos nivel que la europea, que es muy dependiente de Rusia, lo que obligaría a Estados Unidos usar mucho más de su reserva y suavizar su política verde.
Sólo para observar cómo esta crisis afecta a los norteamericanos, el fuel oíl ha subido un 70%, la gasolina un 48%, los carros usados un 35%, electricidad un 11%, alimentos un 10%, y la ropa un 7%. No es sólo a nosotros, es a todos.
Cuando empezaba a escribir para esta semana, leí el artículo de Geovanny Vicente-Romero que titulaba “Dañará la inflación el éxito de República Dominicana”.
Su argumento era el de que nuestro nivel inflacionario del 9%, es mayor que la de los países del área, pero hay que dividir los países, El Salvador y Panamá son economías dolarizadas, Nicaragua tiene un 7.8%, Costa Rica un 4.9% y Guatemala un 3%, país que reconozco tener una impresionante estabilidad económica, con un quetzal que no importa qué suceda en el mundo, permanece anclado.
¿Cuál puede ser la razón de nuestro nivel inflacionario? Tenemos una agricultura mayor que está afectada por los precios de los fertilizantes que responden a que Rusia es uno de los mayores productores y en este momento las sanciones les dificultan comercializarlos.
La dependencia de nuestros impuestos de los combustibles, a pesar del enorme sacrificio que hace el gobierno, subsidiando los mismos, lo cual deberá tener un techo porque como le comentaba a uno de mis hijos, hace muchos años, frente a cualquier aumento de la gasolina, el tránsito en las carreteras en fines de semana se veía seriamente afectado.
Ahora vemos que no importa el precio, la afluencia a los diferentes destinos turísticos, la cantidad cada vez mayor de vehículos que inunda nuestras calles y parece no hay resistencia aun al precio de los combustibles. Puede ser que aun estos precios, debido al subsidio, muy a pesar de las protestas, estas no llegan afectar el presupuesto de la clase media, que sigue saliendo de la ciudad a los destinos turísticos o a los miles de viviendas y apartamentos de segunda residencia.
Los aumentos de precios de materias primas importadas también es un elemento que afecta los precios, no hay mucho que podamos hacer contra eso, que no sean acuerdos con los diferentes sectores empresariales que están preocupados porque entienden que traspasar los fuertes aumentos de los últimos meses traerá como resultado una caída muy fuerte en sus niveles de ventas que les generarán importantes pérdidas.
La inflación puede haberse afectado porque antes de finalizar el 2021 la tasa del dólar llegó a costar más del 58×1 y en estos momentos, fruto de las enormes reservas del Banco Central y la afluencia cada vez mayor de turistas, el precio se encuentra a nieles cercanos del 55×1 lo que tendrá un efecto en los precios hacia la baja.
El propio artículo que hacemos referencia destaca los niveles de popularidad del Presidente Abinader, la inversión extranjera, el turismo, las exportaciones, esto sumado a la política de aumento de tasas de interés por parte del Banco Central que ya ha empezado a surtir sus efectos. La inflación en enero fue de 1.18% ya para marzo fue de 0.67%.
Son tiempos difíciles para todos, pero no hay razón para pensar que no seguiremos por el camino del crecimiento con las dificultades que ahora nos ha generado la insensatez de una guerra.
Fuente: Periódico El Caribe, uno de los principales medios impresos de la República Dominicana